viernes, 31 de agosto de 2007

MONOGRAFíAS


INTRODUCCIÓN

Cada vez se reconoce más que el compromiso, la energía, los conocimientos y las habilidades de los profesores pueden ser los aspectos determinantes centrales de la efectividad de las escuelas.
Por una parte, los profesores se dedican a la enseñanza mucho más tiempo, de manera que los años que van más allá de la lucha inicial por sobrevivir y adquirir un nivel de control mínimo sobre la clase han aumentado en importancia. Por otra parte, los estudios feministas han dado nueva voz aquellas personas que forman parte de esta profesión todavía dominada por las mujeres. Podrían aducirse otras posibles razones que expliquen el mayor interés por la carrera de maestro, pero desde nuestro punto de vista ninguna es tan convincente como la premisa de que el éxito de la reforma educativa es más, de la educación esta gira críticamente en torno al incremento de la competencia y el compromiso del profesor a lo largo de su carrera.
Hoy en día podemos apreciar que las profesoras están teniendo más oportunidades en las escuelas y de alguna manera se esta dando a conocer que pueden tener las mismas o mejores aptitudes que los profesores y pueden incluso llegar a tener cargos tan importantes como lo es el de Director de una escuela.
El único problema que nosotras las mujeres muchas veces por timidez acatamos todo lo que nos dicen aunque muchas veces no estamos de acuerdo con lo planteado, uno teme al ridículo o al reto de su subalterno o que muchas veces consideren que uno no es capaz de desempeñarse en su rol de profesora.

Primero que nada vamos a dar inicio a esta pequeña investigación de cómo fue el inicio de nuestra educación en nuestro país, esta se inició como una labor propia de la familia, por derecho y deber, la formación de los hijos es y ha sido siempre responsabilidad de los padres; sin embargo, a medida que la humanidad fue avanzando en el ámbito cultural, científico y tecnológico, la familia fue sobrepasada por las necesidades sociales. En un principio el bagaje de conocimientos, habilidades y técnicas que se manejaban eran conocidos y transmitidos por el grupo familiar, los padres enseñaban a sus hijos los oficios y las técnicas que se conocían para desempeñar sus respectivas labores. A medida que la cultura, los conocimientos y la tecnología fueran evolucionando y diversificándose, los padres se vieron sobrepasados y necesitaron colaboración. En estas circunstancias nació lo que conocemos como ESCUELA. Las personas letradas reunían a los jóvenes y niños y en general a quienes deseaban aprender elementos diferentes y/o profundizar aquellos recibidos en casa. Esta actividad fue formalizándose con el tiempo, hasta constituir lo que hoy conocemos como Unidad Educativa.
Luego se dio comienzo a la formación del profesorado que esta opera dentro del mas amplio contexto de la misión que tiene el sistema educativo y la enseñanza que se apoya en gran medida en unos fundamentos morales y se relaciona con las opiniones que los profesores han de emitir para potenciar al máximo la educación de todos los niños y jóvenes.
En cada área los profesores toman decisiones que afectan potencial y fundamentalmente a la gente joven. Cada decisión, desde planificar el currículum hasta intervenir a la hora del patio en un juego que ha salido mal, no sólo retrata las habilidades instructivas del profesor sino que también retrata sus valores, retrata su condición de persona cargada de afecto hacia la gente joven dentro de un contexto educativo concreto. La formación del profesorado busca influir en los cimientos sobre los cuales se fundamentan este tipo de decisiones y busca también proporcionar las condiciones a partir de las cuales pueden desarrollarse

algunas habilidades. Ciertamente, la formación del profesorado tienen objetivos adicionales, pero lo que aquí pretende subrayar es que aprender a enseñar es más que una cuestión de dominar una serie de técnicas que pueden conectarse con los logros de aprendizaje de los estudiantes. Ya sea en el primer año o en cuarto, la enseñanza implica forzosamente emitir una opinión; y opinar es evaluar que implicaciones tiene la responsabilidad de explicar y justificar.
Los alumnos esperan que sus profesores sean competentes respecto a la docencia y a los contenidos que enseñan, pero también esperan ser acogidos por una persona completa, una persona afectuosa, una persona que sepa quién y qué eres, que tenga una entereza moral y con la que puedas contar, que se relacione cara a cara con los estudiantes.
Con esto quise dar una pequeña introducción de cómo comenzó la educación y se formo la escuela para nuestros niños y jóvenes, además de cómo se van perfeccionando los profesores para ir entregando una educación de calidad, pero principalmente me quise referir a las mujeres de cómo son tratadas dentro de la educación.


LA ENSEÑANZA COMO UNA PROFESIÓN DE MUJERES

Esto surge como resultado de un auténtico problema. La enseñanza no puede convertirse en una profesión porque los que la ejercen abandonan las filas en grandes números después de trabajar en ella durante dos o tres años. Algunos consideran que la presencia de mujeres casadas en la profesión tiende a impedir el desarrollo de una solidaridad de grupo. También sostienen que las mujeres casadas normalmente quieren trabajar por salarios bajos, que los intereses del hogar prevalecen sobre los de la escuela y que a menudo los maridos interfieren en la administración de la escuela. En gran parte por estas razones, muchos consejos escolares evitan retener a las mujeres casadas dentro del profesorado, y evitan contratarlas.(Almack y Lang, 1925)
Con respecto a lo que piensan estos autores no estoy de acuerdo ya que las mujeres que son profesoras y también están casadas pueden desempeñarse perfectamente en ambas tareas ya que nosotras tenemos mucho más paciencia y somos más demostrativas frente a los alumnos esto es lo contrario de los hombres ya que son más toscos para tratar a sus alumnos, además nosotras tenemos más deseos de superación y merecemos la oportunidad de demostrar nuestros conocimientos y que seamos valoradas por lo que somos unas buenas profesoras.
Otro serio obstáculo para la profesionalización de la enseñanza es el predominio de las mujeres en los puestos de profesor. Este hecho se ha dado en todas las profesiones donde una proporción relativamente alta de los trabajadores son mujeres; la razón, por supuesto es biológica y no que tengan menor habilidad. La interrupción de las carreras profesionales, o su final, para tener a los niños y criarlos y para atender a los deberes del hogar determinan inevitablemente una doble función dentro y fuera de la escuela por parte de las mujeres. Esto no solo provoca una inestabilidad en el profesorado sino que también conlleva otros factores adversos. Salarios bajos, amplios despidos, una alta tasa de abandono de la profesión, presiones para una alta producción en masa en lugar de buscar una formación del profesorado excelente, una indiferencia hacia el estatus y el desarrollo profesional, todos estos elementos tienden a ser los resultados del predominio y la transitoriedad de las mujeres en la enseñanza (Stinnett, 1962).
Con esto nos da a entender que las mujeres cada vez más están siendo más importantes dentro de la sociedad y que son tomadas en cuenta no por que son mujeres sino que por sus capacidades que cada día lo están demostrando dentro de las aulas y que cada día más están demostrando que son profesionales y que su real vocación es el ser profesoras.
Entre las características que definían una profesión se incluía el tener un cuerpo de conocimientos especializado basado en teorías sistemáticas y transmitido a través de un proceso educativo formalizado, un código ético claramente definido que servía como fundamento para que los otros miembros de la profesión se controlaran a si mismos, una orientación dirigida a servir a la sociedad, una autoridad sobre los clientes y una autonomía y control sobre el ambiente de trabajo. Cuando se compara con estos criterios, la enseñanza no se ajustaba a ellos porque no había un cuerpo de conocimiento especializado, los profesores tenían menos preparación que las profesiones tradicionales y trabajaban en ambientes aislados con poca autonomía respecto a sus condiciones de trabajo.
Otros estudios sociológicos contribuyeron a estas críticas contra las profesoras al considerar que las profesoras no asumían un compromiso con sus trabajos. (Geer 1968) pensaba que las profesoras se comprometían menos con sus trabajos porque eran transmisoras en lugar de creadoras de conocimiento, porque enseñaban a clientes involuntarios (los estudiantes) que no podían tener con los profesores “relaciones útiles y prestigiosas”, porque trabajaban en aulas aisladas, sin estar en contacto con los colegas, porque no se les pagaba bien por su trabajo.
Yo considero que hoy en día esto no ocurre ya que en la mayoría o por decir en todas las escuelas las profesoras trabajan en equipo donde se reúnen por nivel y van planificando sus clases y preparando materiales didácticos que luego son utilizados en el aula, de esta manera se les esta entregando una mayor calidad de conocimientos a nuestros alumnos para que ellos logren tener aprendizajes de calidad, ya con esto se esta demostrando que las profesoras están totalmente comprometidas con la escuela y con sus alumnos porque día a día están entregando lo mejor para que sus alumnos aprendan.

Combinar el mundo del trabajo con el de la familia

Los estudios revelan que las profesoras tienen una tenacidad increíble así como la habilidad para adaptarse y enfrentarse a las restricciones externas que se les imponen. Por ejemplo, a finales del siglo XIX y principios del XX muchas mujeres se trasladaron solas a la frontera occidental, poco desarrollada de Estados Unidos.
Considerando lo anterior puedo decir que las profesoras si tienen las capacidades para adaptarse a todo ambiente y lugar de trabajo sea donde este sea porque considero que tienen vocación en lo que hacen y lo principal que las profesoras tienen perseverancia y desafíos que cumplir.

La feminización de la enseñanza

A principios del siglo XX la enseñanza era considerada una carrera de puerta giratoria, y la escasez de profesores calificados continuó siendo un serio problema, la mayoría de los hombres que permanecían en la enseñanza pasaban a ocupar puestos administrativos y las tasas de renovación de las profesoras eran muy altas debido a la no aprobación de que estuvieran casadas y al mismo tiempo ejercieran la enseñanza. Como hemos mencionado anteriormente, los distritos escolares, especialmente en las áreas rurales, buscaban a profesores menos caros.
A medida que el mercado de trabajo se fue abriendo para los hombres, éstos iban dejando la enseñanza y, debido a que la mayor parte de los mercados
de trabajo estaban cerrados para las mujeres, éstas accedieron a la enseñanza y trabajaron por los más bajos salarios pagados en los distritos escolares. Esto no significa que los distritos escolares solo contratarán a las mujeres porque eran más baratas o que las mujeres aceptaran con gusto los bajos salarios. Por el contrario, los distritos escolares “pobres” contrataban a las mujeres porque eran una fuente de trabajo accesible, ya que las mujeres aceptaban salarios bajos debido a que sus opciones dentro del mercado de trabajo estaban seriamente limitadas, y porque los salarios de las profesoras eran más altos que en otros trabajos propios de las mujeres. Las mujeres permanecían en la profesión porque no tenían dónde elegir.
Con respecto a lo anterior considero que aquí los salarios tanto para profesores como para profesoras deben ser los mismos ya que ambos tienen las mismas capacidades y aptitudes para ejercer no importando su sexo, ya que si el sueldo es más bajo para las mujeres eso significa que habría discriminación y hoy en día esto no debería ocurrir bajo ningún punto de vista, y si estos docentes deben salir fuera de la ciudad a ejercer su profesión ahí estoy de acuerdo que el sueldo debería ser mejor ya que esto demanda más sacrificio y contar con vías de movilización para llegar a su punto de trabajo.
El predominio de las mujeres en la enseñanza durante las primeras décadas del siglo XX fue un fenómeno que se dio en diversos países. Por ejemplo,Clifford (1989) encontró que en Francia, entre los años 1900 y 1936 , los profesores hombres pasaron de ser la mitad del profesorado representar un tercio del total. En Alemania, aunque un 85% de los profesores eran hombres en el año 1900, el incremento de las mujeres en primaria fue significativo. Hacia 1935, el 35% eran mujeres y hacia 1965 lo eran el 65%. Sin embargo, en la Alemania de 1965 las mujeres que enseñaban en la educación secundaria eran sólo un 30% del profesorado.
Aunque la feminización de la enseñanza es una pauta común en muchos países, sin embargo, considerables diferencias entre los distintos países y dentro de un mismo país en los diferentes niveles del sistema educativo.
El hecho de que la presencia de demasiadas mujeres en la enseñanza fuera alarmante es un reflejo de la persistente presencia de estereotipos sexistas en la sociedad americana y de la baja consideración social que tenían las profesiones dominadas por mujeres.
En Chile yo creo que hoy en día la mayor cantidad de profesores son mujeres será porque los hombres muchos de ellos se inclinan por otro tipo de profesión, porque se sabe que para ser profesor hay que tener aptitudes para enseñar y tener una buena llegada hacia los alumnos

Los efectos de la enseñanza concebida como un trabajo femenino

El conflicto entre la creciente confianza depositada sobre una enseñanza dominada por las mujeres en los distritos escolares y la resistencia cultural a contratar mujeres fuera de sus hogares estaba perfectamente ilustrado por las extensas e insistentes reglas de comportamiento impuestas a las profesoras. La base de estas normas y regulaciones radicaba en la creencia de que las mujeres eran cuidadoras naturales de los niños cuya virtud debía ser protegida. Esta protección se consideraba esencial de forma que cuando una profesora se casaba no sólo sería “pura” sino que también estaría bien preparada para la maternidad. La enseñanza, en consecuencia, se veía como una buena preparación para el “autentico” destino en la vida de una mujer: la procreación y el recogimiento en el hogar con la familia.
Como se mostrará en esta sección, las vidas de los profesores efectivamente eran vividas en un escaparate, especialmente en el caso de las mujeres. Cada uno de los aspectos de sus vidas, incluso en épocas recientes, han sido observados, dirigidos y controlados por las comunidades donde los profesores daban clases, también había preocupación de dónde vivían las profesoras, con quién vivían, si tenían citas, si se casaban o se divorciaban, sí tenían hijos, su apariencia y su comportamiento, y sus hábitos cotidianos, todo ello era sometido a un detallado escrutinio, a juicios severos y, a menudo, a la imposición de sanciones negativas.
El aspecto físico y la vestimenta de las profesoras se vigilaban especialmente. Por ejemplo a lo largo de la década de los veinte en muchas comunidades las profesoras las profesoras tenían prohibido llevar el pelo suelto y utilizar cosméticos todavía estaba mal visto e incluso prohibido en la década de los treinta.
A pesar de todas las exigencias que en otros países se daban acá en Chile considero que no son las mismas exigencias ya que hay diferentes clases de profesores algunos son muy preocupados de su persona y otros solo piensan con cumplir con sus obligaciones de hacer las clases y para ellos es suficiente, pero las mujeres se preocupan mucho más por su apariencia personal ya que dentro de sus colegas siempre esta la que quiere lucir de la mejor forma posible, y darle una buena imagen ante sus alumnos y demás colegas claro que las mujeres entre ellas siempre están preocupadas de la vida de la otra persona y que muchas veces se llegan a tener envidia unas con otras.
Waller (1932) escribió que tanto los profesores como las profesoras tenían que ser conservadores en el vestir, pero que las profesoras, particularmente, debían vestirse de forma que ocultaran su feminidad.
También consideraba que la altura de una mujer no tenía tanta importancia para su prestigio entre los estudiantes porque el ser alta o fuerte no eran aspectos que formaran parte del “ideal femenino”. Sin embargo, pensaba que el hecho de que una mujer fuera demasiado bajita podía suponer una desventaja en las clases de secundaria y que el hecho de que una mujer fuera demasiado alta sería un inconveniente porque probablemente tendrían un sentimiento de inferioridad. Añadía, sin embargo,, que si una mujer era gorda su corpulencia era más ridícula que la de un hombre. También consideraba que las mujeres que tenían “ un aire bastante masculino en su apariencia física y en su comportamiento” Waller también entró en algunos detalles sobre el amaneramiento y las expresiones faciales, e incluso la forma en que un profesor debía reírse. A esto añadía que la voz es la característica más importante para determinar las relaciones entre profesor y estudiante. La peor voz en un hombre era sonar afeminado, seguida de la voz que revelaba emociones y la voz que mostraba tensión. La preferida era la “seca, impersonal y didáctica voz que los profesores tenían como hábito usar”.
Naturalmente, estos autores, como las distintas comunidades del país, tenían una visión muy estrecha sobre la apariencia que deberían tener los profesores y cómo deberían actuar: al mismo tiempo, sus consideraciones revelaban la creencia de que los profesores, especialmente las mujeres, eran básicamente gente extraña, con hábitos y vestimentas peculiares, incapaces de tomar decisiones más simples de la vida cotidiana. Aunque de forma más rigurosa, los distritos escolares continuaron controlando a lo largo del siglo xx la vestimenta y los hábitos de los profesores.
Con respecto a lo que piensa Waller, yo considero que el aspecto físico no esta en juego con respecto a su vocación ya que uno puede ser gordita, flaca ect. Pero para ello existe el respeto entre las personas y los alumnos para que ellos sean respetados deben respetar y sobre todo a la persona que esta delante, ya que solo deben pensar que ella les esta entregando las herramientas necesarias para que ellos aprendan y tener un mejor futuro, llegando hacer unos grandes profesionales el día de mañana.
Peters encontró que a partir de las políticas de los distritos escolares sobre contratación de mujeres casadas se desprendía un prejuicio colectivo contra las profesoras. Hacia el cambio de siglo, estas políticas se habían convertido en menos restrictivas pero entre 1926 y 1932 esta tendencia cambio de sentido cuando los distritos escolares prohibieron contratar a mujeres casadas. Por ejemplo, el autor citaba un estudio de la Nacional Education Association que mostraba que, en 1928, un 60% de las ciudades no empleaba a las profesoras casadas, y en 1931 la proporción creció hasta un 77% de las ciudades. Encontró que estas proporciones eran comparables a las de Inglaterra donde, en 1929, el 55% de las escuelas obligaban a las mujeres a abandonar la enseñanza si contraían matrimonio. Francia, sin embargo era una excepción a esta tendencia ya que, como afirmaba Peters, no había una discriminación respecto a las mujeres casadas. Cuando establecía comparaciones con otras mujeres trabajadoras, Peters observó que a pesar de que las corporaciones conocían los prejuicios contra las mujeres casadas. El estudio de Peters se centró también con detalle en la eficacia de la enseñanza por parte de las mujeres casadas y las solteras. Desarrolló un sistema de evaluación de factores que incidían sobre ello, incluyendo el progreso en el aprendizaje de los niños, las evaluaciones de los supervisores, la permanencia en el puesto, las ausencias por enfermedad o por otras razones, la formación continuada y el tiempo de planificación diaria, la carga docente, las responsabilidades personales en función del cargo, el tiempo libre, y la participación en la organización profesional y cívica. De todos estos factores observó solo ligeras diferencias entre las mujeres casadas y las solteras. Llegó a la conclusión de que no era posible apoyar la idea de que las mujeres casadas eran menos eficaces.
De acuerdo con el autor, las políticas restrictivas, sin embargo, forzaban a las profesoras casadas a tomar las siguientes opciones. Podían:
Abandonar su profesión.
Casarse en secreto y, en el caso de que fueran descubiertas, divorciarse,
Tener relaciones sexuales fuera de la legalidad, o
Permanecer célibes

La regulación final sobre la imposibilidad de elegir como profesoras a mujeres casadas no se elaboro en Nueva Zelanda hasta 1975, aunque se añadió la condición de que las profesoras que hubieran estado fuera del mundo de la enseñanza durante tres años debían hacer un curso de preparación de tres meses antes de reincorporarse a la profesión. La ley afectó sobre todo a las mujeres que habían abandonado la enseñanza para dedicarse a las familias. En los países bajos, sin embargo,, se encontró una pauta distinta. La ley de educación de mitad del siglo XIX 1857, reconocía la igualdad de las profesoras y los profesores.
Yo considero que lo plantea Peters es más que nada discriminación en contra de las profesoras que son casadas, porque las ven como personas inútiles, y que no pueden ejercer como una buena profesora al contrario pienso que con mayor razón tienen muchas de ellas mejor llegada hacía los alumnos ya que ellas tienen hijos y muchas veces ha tocado ponerse en el lugar de ellos para comprenderlos y aconsejarlos y guiarlos por un buen camino.

Aspectos relacionados con el poder

Aunque las mujeres han predominado en el mundo de la enseñanza, los hombres han predominado en los puestos administrativos. Este hecho fue la base de la reivindicación de Fine (1952) para que más hombres entraran en el mundo de la enseñanza y para asegurar, de esta forma, que más hombres accedían a los puestos administrativos.
En Estado Unidos, desde principios de siglo, la proporción de mujeres en cargos administrativos en la escuela secundaria nunca ha sido importante. Sin embargo, la proporción de directoras de las escuelas de primaria ha sufrido un declive regular, pasando de representar a dos tercios de los directores en el año 1905 a ser menos de un 20% en 1984-1985 Schmuck (1987) observó que esta disminución era atribuible al incremento del acceso de los hombres en la enseñanza primaria después de la Segunda Guerra Mundial, a la consolidación de las escuelas que provocó la eliminación de puestos administrativos en las escuelas rurales y puso a los hombres a cargo de escuelas más grandes de nueva creación, cambiando, de esta forma, los requisitos exigidos a los administradores pues necesitaban adquirir títulos universitarios y, finalmente, a la a la masculinización de esta función basándose en la idea de que la dirección de una escuela era un trabajo de hombres. Todo ello es un reflejo del hecho de que, como señaló Benn (1989), en las escuelas siempre ha habido dos roles específicos diferenciados en función del sexo: uno propio de la mujer, vinculado a la maternidad, y uno propio del hombre, vinculado al poder y la autoridad.
La importante baja representación de las mujeres en los cargos administrativos se da en todos los países. En algunos como Canadá, Australia y los Países bajos incluso ha llegado a haber una reducción de la ocupación de las mujeres en cargos importantes. En Australia, por ejemplo, entre 1971 y 1983, en Victoria, el número de mujeres que ocupaban cargos de Jefas de estudio en la enseñanza secundaria se redujo a la mitad.
Fenwick (1987) observó que en el año 1920, en Nueva Zelanda, la mitad de los directores de las escuelas estatales de primaria eran mujeres, y en las escuelas estatales de secundaria representaban un 40% de los directores. Sin embargo, hacia 1984 la proporción de las mujeres en los puestos de dirección se había reducido a un 14% y un 15% respectivamente. Para examinar por qué se había dado este cambio, Fenwick dirigió un estudio de cuatro fases que incluía entrevistas con profesores, un sondeo nacional del profesorado y el análisis estadísticos de los datos sobre las peticiones y evaluaciones de cargos de responsabilidad por parte de las profesoras, tanto en los niveles de primaria como de secundaria.
Los resultados de la investigación de Fenwick cuestionaban el argumento tradicional de que las mujeres se centran más en sus familias que en sus profesiones, que no aspiran a cargos administrativos y que no están informadas sobre el sistema de promoción.
A pesar de que las investigaciones han demostrado que las mujeres son más eficaces en el papel de directoras que los hombres, los hombres siguen ocupando los cargos administrativos. Hay autores que han llegado a la conclusión de que contratar a hombres ha ido en detrimento de las escuelas. Obviamente, el predominio de los hombres en los cargos administrativos de las escuelas ha llevado también a la creación de una estructura jerárquica donde las decisiones son tomadas por hombres y llevadas a cabo por las mujeres. Aunque disponen de una considerable autonomía en el aula, las profesoras no tienen poder para intervenir en las decisiones organizativas que afectan a su trabajo en aulas
Spencer (1986-1988) observó que las desiguales relaciones de poder entre los profesores y los directores afectaban a la naturaleza y a la frecuencia de un interacción. En un estudio monográfico revelaba que las profesoras se sentían obligadas cuando tenían que relacionarse o negociar algo con los directores hombres. Los contactos con los directores a menudo se limitaban a encuentros formales, como reuniones del profesorado, o la infrecuente visita de los directores a las aulas para evaluar a los profesores. En estos contextos el director se encontraba en una posición de poder y controlaba la situación. Podemos ver una visión acerca de esta relación con el fragmento de un diario escrito por un profesor de primaria.
Yo pienso que la relación que un Director debe tener con sus profesores debe ser agradable y debe haber por sobre todo una buena comunicación y no que lo consideren como una autoridad dentro del colegio, la idea es que ellos se sientan apoyados por el y de esta manera creo que lograríamos mejores resultados académicos y una mejor evaluación de los profesores y por sobre todo se sentirán mejor trabajando en un buen ambiente y esto se logra a través de la buena relación que tiene el cuerpo directivo de los colegios como lo son el Director y el Jefe de la Unidad técnica quienes son los que tienen mas contacto con el plantel de profesores de las diferentes escuelas.
Además considero que los Directores deben saber escuchar a todos los docentes que están a su cargo porque muchas veces ellos tienen mejores ideas que pueden aportar a dar mejores resultados dentro de la escuela y lo cual va en beneficio de todos los alumnos, que este es el único objetivo de todos los que allí laboran. Además de lograr que haya superación y logros a nivel de escuela y cumplir con las metas que se han propuesto, además sirve para que cada escuela tenga un mejor prestigio y su ambiente laboral sea más satisfactorio y a los docentes se sientan que son útiles y que pueden aportar su granito de arena y el director de la escuela se lo hace sentir así.


CONCLUSIÓN

La historia de la enseñanza revela que mientras las profesoras han sido los participantes predominantes dentro del profesorado, su participación ha sido moldeada por ideologías patriarcales y por las fuerzas económicas, políticas y sociales. Los efectos de estas ideologías se han reflejado en la extensión de los controles externos sobre las vidas de las profesoras. Las mujeres eran consideradas como un peligro para la profesión de la enseñanza. Su creciente número amenazaba las estructuras de autoridad de las escuelas y de los distritos escolares dominadas por los hombres.
Además de discriminar a las mujeres por ser casadas y querer ejercer en la educación también eran penalizadas y se les cerraban las puertas para poder trabajar.
La estructura de poder de los distritos escolares, dividida en géneros, que se forjó a lo largo de las décadas de los últimos siglos hoy en día aun persiste. Los administradores hombres tienen cargos de alto poder sobre un profesorado formado en su mayoría por mujeres. Estas estructuras organizativas de las escuelas, similar a la estructura familiar, perpetua la noción de que la profesora “mamá” hace lo que es natural en ella: cuida de los niños y se hace cargo de las tareas de la clase, mientras el administrador “papá” toma las decisiones importantes que afectan a las gestiones de la dirección de la escuela, por lo tanto el trabajo de él es mejor remunerado que el de la profesora, este problema subyace en la estructura organizativa de la escuela, similar a la estructura de la familiar, sería aceptable si a las mujeres se les concediera en nuestra sociedad el mismo estatus y el mismo poder que a los hombres y lo más importante que sean tratadas de igual forma y bien consideradas dentro del sistema educativo porque las mujeres son mas comprometidas con la educación de sus alumnos y desean ver cumplidas las metas que se han propuesto lograr.


BIBLIOGRAFÍA

Bruce J. Biddle
Good L. Thomas
Goodson F. Ivor
Impreso en Hurope, S.L.
Lima, 3-08030 Barcelona
“La Enseñanza y los profesores, I”
(La profesión de enseñar)

Servicio Nacional de la mujer
“Incorporación y segregación de las mujeres en nuevas formas de trabajo”
Impresión: Andros Ltda..
Noviembre 2005

Notas Bibliográficas
Bruce J. Biddle es catedrático de psicología y de sociología en la Universidad de Missouri-Columbia. Se doctoró en psicología social en Michigan, ha sido profesor en Kentucky y Kansas City, y ha ocupado plazas de profesor visitante en Michigan, la facultad de magisterio de Columbia, Queensland, Monash y en la Universidad Nacional Australiana. Sus publicaciones incluyen trabajos sobre la teoría del rol, el rol del profesor, estudios de la enseñanza en el aula, la toma de decisiones entre la juventud, el impacto de la investigación en la política social y el reciente ataque ideológico dirigido contra el sistema educativo público norteamericano. Es editor de la revista Social Psychology of Education.

Ivor Goodson es catedrático de pedagogía en Warner.Graduate School de la Universidad de Rochester en estados Unidos, y es jefe del departamento de pedagogía de la Universidad de East Anglia en Inglaterra. Actualmentees Acholar in Residence en el Lovejoy Hall de la Universidad de Rochester. Recientemente la fundación Anglo-American and DeBeers Caimán”s Fund le concedió la beca W.D. Wilson Fellowship para visitar Sudáfrica. Fue acogido por la Universidad de Wittwatersrand y por la Universidad de la Ciudad del Cabo. Es autor de una serie de libros sobre el currículum y las historias de vida.

Dee Ann Spencer ha sido directora de investigación en la facultad de pedagogía de la Universidad estatal de Arizona, en la que ha ejercido de investigadora desde 1989. Se doctoró en sociología por la Universidad de Missouri y anteriormente fue profesora de sociología en la Universidad Central estatal de Missouri, donde se le concedió el título de Distinguished profesor. La doctora Spencer ha investigado y publicado estudios sobre el trabajo del maestro, las escuelas como organizaciones y la Reforma escolar.


CREADO POR: JACQUELINE ROJAS C.






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